Uno de los diseños
de metas más populares actualmente, es el que se conoce como método SMART.
En muchas
ocasiones, a la hora de crear objetivos individuales, nos encontramos con
enormes dificultades tales como la falta de indicadores que hagan vista del
progreso de las metas, la falta de recursos para su cumplimiento y la poca
especificidad de estos propósitos.
¿Qué son las metas
SMART? Son objetivos que derivan de la metodología SMART ayudan a mantener la
dirección que nos propusimos inicialmente.
Con ellos puedes
estar seguro de establecer puntos de referencia alcanzables, que conducirán al
desarrollo y el éxito, tanto tuyo como de tus colaboradores.
El acrónimo es
fácil de recordar, pero la estructuración S.M.A.R.T es un proceso desafiante,
que cuenta con los siguientes criterios:
S - Específico
Tus objetivos
deben ser lo más específicos y detallados que puedas. Tu cerebro debe entender,
sin ningún tipo de ambigüedad, que es lo que quieres conseguir y tratar de
evitar objetivos pocos específicos.
M - Medible
¿Qué métricas vas
a utilizar para determinar si se cumple con la meta? Esto la hace más tagible,
ya que proporciona una manera de medir el progreso.
A - Alcanzable
Los objetivos
tienen que ajustarse a la realidad del contexto, de forma que sean retadores
pero sin expectativas poco realistas. Si deseas alcanzar un objetivo, debes
asumir la situación actual, conociendo el talento y las limitaciones
existentes.
R – Relevante
El objetivo debe
ser relevante al programa o proyecto deseado y dentro de la capacidad de los
recursos asignados. Estos objetivos deben de ser relevantes no solo
emocionalmente, si no que deben ser relevantes por que nos acercan a nuestro
objetivo final.
T - Tiempo límite
El objetivo debe
tener límites de tiempo, ya que todo lo que no tenga un plazo establecido, no
tendrá un seguimiento ni orden efectivo. Cualquier persona puede fijar
objetivos, pero si le falta tiempo realista, lo más probable es que éstos no
tengan éxito.
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