Cuando tenemos una necesidad de capacitación, ya sea en una empresa o institución educativa, debemos dar una respuesta que apunte a cubrir esa exigencia. Para ello, generalmente, decidimos desarrollar: cursos, talleres, seminarios o asignaturas. Inmediatamente, iniciamos el largo viaje para estructurar los contenidos adecuados que nos lleven a alcanzar el aprendizaje.
Pero antes de empezar esa trayectoria debemos tomar en cuenta que, hemos de tener claro los caminos para dirigirnos con rumbo fijo hacia esa instrucción efectiva. Y eso, lo logramos mediante la definición de los objetivos de aprendizaje.
Por lo tanto, podríamos decir que, los objetivos de aprendizaje son parte primordial en los diseños instruccionales, ya que indican los pasos que debemos seguir en un recorrido; donde cada avance, nos aclarará el camino para no perdernos y lograr cubrir satisfactoriamente la necesidad planteada.
¿Qué son los objetivos de aprendizaje?
Los Objetivos no son más que afirmaciones que expresan claramente lo que el estudiante debe ser capaz de demostrar al final de un período de aprendizaje.
Es decir, son declaraciones específicas, medibles y a corto plazo, que denotan una habilidad o comportamiento observable.
Consejos para la redacción
Cuando llega el momento de sentarnos a redactar, existen ciertas reglas que debemos respetar, a continuación te muestro las más importantes:
1. ¿En qué o quién se centra el objetivo?
¿Por dónde empezamos? Lo primero que debemos tener en cuenta es que, los objetivos de aprendizaje se centran únicamente en el estudiante. No en lo que la asignatura, curso u objeto virtual pretende ofrecer.
Por lo tanto, deben redactarse en función de lo que el estudiante pueda demostrar y no en lo que los profesores le proporcionan.
2. Exprese el resultado del aprendizaje adquirido
Otra cosa que debemos considerar es en describir claramente cuál será el resultado del aprendizaje.
Para ello, debemos recordar lo definido al inicio de este artículo: los objetivos describen los resultados, no las actividades, ya que eso corresponde a las estrategias; ni tampoco el propósito final de la formación, puesto que, esto último se refiere a las metas.
Por lo tanto, debemos establecer lo que los estudiantes harán. Es aquí donde buscamos la taxonomía de Bloom para ayudarnos con los verbos adecuados, de acuerdo a lo que deseamos lograr.
3. ¿Cuántos verbos y resultados se debe incluir por objetivo?
Es importante describir un verbo y un resultado por objetivo planteado.
¿Por qué? Un único verbo y resultado por objetivo, facilitará la forma de medir el rendimiento del estudiante.
4. Utilice verbos medibles
Debemos ser cuidadosos en buscar verbos que indiquen una acción medible y para ello tenemos que evitar aquellos que puedan expresar ambigüedad.
Con esto me refiero a que tenemos que prescindir de verbos como: conocer, entender, aprender. ¿Por qué? Porque no ofrecen claridad en los niveles de aprendizaje.
5. Redacte el Verbo en infinitivo
Como el objetivo indica acción, el verbo debe redactarse en infinitivo, es decir con sus terminaciones en: ir, er, ar.
6. Escribas los objetivos en orden
Cuando hay varios objetivos, generalmente unos deben ser logrados primero que otros, por lo tanto debemos redactarlo ordenadamente de manera ascendente.
Asimismo, se recomienda que de acuerdo a la taxonomía de Bloom, un objetivo específico no debe estar por encima del objetivo general.
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